– Agosto 2019 –
Ante un grupo de representantes del sector público, el sector privado y la sociedad civil; Patricio Donoso, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, lideró el conversatorio de Acceso a la Vivienda, donde se discutió en torno a los factores que inciden en la crisis de acceso a la casa propia y las posibles soluciones.
En la ocasión, Javier Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, presentó el Índice de Acceso a la Vivienda (PIR por su sigla en inglés), indicador internacional que mide la relación entre el precio promedio de las viviendas y el ingreso promedio de los hogares. De esa manera, el indicador permite estimar la cantidad de años que necesita un hogar de ingreso promedio para financiar totalmente una vivienda de precio promedio.
“Se trata de un indicador que permite entender la situación actual del acceso a la vivienda, y las cifras indican que en Chile nos encontramos en niveles críticos, debido a la implementación de normativas de contención urbana y restricciones al crecimiento urbano que influyen directamente en el alza del precio de las viviendas”.
Resultados locales
En Chile, el PIR promedio es de 7,6 (una familia debe destinar íntegramente su salario por 7,6 años para el pago de una vivienda), equivalente a un crédito hipotecario de más de 45 años, tomando en cuenta que el dividendo no debería sobrepasar el 25% del ingreso familiar mensual, considerado severamente no alcanzable. Esta cifra se encuentra por sobre los resultados de países como Nueva Zelanda, Australia y Reino Unido. Por su parte, Santiago tiene un PIR promedio de 7,4; en línea con grandes ciudades como de países desarrollados como Londres y Toronto. Sin embargo, no se trata de una tendencia exclusiva para Santiago, ciudades como Concepción y La Serena también presentan un PIR sobre 7, mientras en Temuco es de 8,8, severamente no alcanzable.
Según planteó Javier Hurtado, “el alza se ha ido intensificando con el tiempo, desde 2010, luego de terremoto, se ha registrado un incremento sostenido en el precio de la vivienda, que presentó un peak en 2015, cuando se comenzó a implementar IVA a la vivienda, lo que ha significado también un desacople entre el precio de la vivienda de las dinámicas del resto de la economía, ya que entre 2011 y 2019 los precios producto inflación crecieron 37,2%, la vivienda aumentó 67,8%. y el ingreso solo 24,7%”.
Por otra parte, otra parte, el aumento en el congelamiento en los permisos de edificación, ha generado un alza del precio de los suelos destinados a la edificación. En efecto, se observa una correlación de 0,9 entre la cantidad de hectáreas postergadas en el Gran Santiago y el precio del suelo.
Esta realidad ha impulsado a muchas familias a optar por un arriendo, y actualmente el porcentaje de propietarios ha caído a niveles menores que los observados en la década de los ‘80 y han aumentado los inversionistas. Y entre los años 2015 y 2017 aumentaron en 13% los requerimientos habitacionales en el país y creció un 35% las familias que se encuentran viviendo de allegadas y, solo en 2017, más de 40 mil familias vivían en campamentos a lo largo del país.
Propuestas para enfrentar la crisis
Para abrir el debate, la CChC plantea tres medias que pueden contribuir a enfrentar la crisis de acceso a la vivienda:
1. Planificación urbana integrada y de largo plazo, que asegure la provisión de suelo urbano para mantener una adecuada oferta de viviendas.
2. Densificación equilibrada e inclusiva en las zonas aledañas a la infraestructura pública de alto estándar (con y sin subsidio).
3. Nueva y potente política de arriendos en la que, por la magnitud del problema, participe el sector público y el privado.
Fuente: Cámara Chilena de la Construcción, www.cchc.cl