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Calificación Energética de Viviendas en el rubro inmobiliario

La Ley de Eficiencia Energética plantea que cada cinco años se elabore un Plan Nacional de Eficiencia Energética, que abordará las siguientes áreas: sectores productivos, residencial, edificación y transporte, ciudades inteligentes, estándares mínimos y etiquetado de artefactos, educación y capacitación.

Con ella se espera lograr un uso racional y eficiente de los recursos energéticos, para contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas y reducir las emisiones de contaminantes, además de mejorar la productividad y la competitividad económica. Así, con esta ley se espera un 5,5% de reducción de consumo energético a 2030 y un 7% a 2035.

Las viviendas y edificios consumen en la actualidad casi un 15% de la energía total del país, fundamentalmente por concepto de calefacción debido la poca capacidad de aislación térmica de las viviendas, entre otros factores. Para esto, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), junto al Ministerio de Energía, elaboraron la Calificación Energética de Viviendas (CEV), medición a la que deberán someterse las nuevas edificaciones para su recepción final y que cuenta con tres indicadores principales: porcentaje de ahorro en la demanda de energía para lograr calefacción, enfriamiento e iluminación apropiados para la vivienda.

“Decidimos anticiparnos a la CEV, ya que sabíamos de la importancia de la Ley de Eficiencia Energética a nivel país y del impacto que esta busca tener en la descontaminación de Chile. Por otra parte, como inmobiliaria creemos sumamente importante anticiparnos a los cambios e innovaciones que ocurren en nuestra industria, más aún si este tipo de medidas busca mejorar la calidad de vida de las personas que habitarán nuestras obras”, explica Cristián Periale, gerente de proyecto Avant Garde.

Este es uno de los proyectos inmobiliarios que se ha sometido voluntariamente a la CEV, edificio de departamentos ubicado en Puerto Montt, que obtuvo un 60% de menor demanda de energía en calefacción y enfriamiento en comparación a un edificio construido de acuerdo a la normativa térmica de la ciudad, lo que equivaldría a una calificación letra B. Con eso lograron una reducción anual de 79 MWh de demanda de calefacción y 38 MWh de demanda de enfriamiento.

Cómo se califica

Si bien la Calificación Energética de Viviendas aún no establece porcentajes mínimos de consumo, una vivienda que solo cumple con la norma vigente obtendrá aproximadamente una calificación E, lo que equivale hasta un 20% de ahorro. Pese a esto, las calificaciones más altas son muy exigentes. De hecho, para obtener una A+, la calificación máxima, la edificación requiere un ahorro de demanda energética sobre el 85%.

Las diferencias entras la distintas letras obtenidas para las edificaciones tienen que ver con diversos factores, como el tamaño y la composición de las ventanas, la iluminación natural y la ventilación, que influyen en forma dinámica en el comportamiento energético de la vivienda.

“Una de las grandes características del proyecto es que cuenta con una doble piel ventilada. Esta posee una capa de aire, una membrana que filtra y un aislante térmico, que es un aislapol (EPS) de alta densidad. Esta es una tecnología muy moderna, que se está ocupando en varios países y que cada vez se está utilizando más en Chile”, explica Periale.

El uso de letras de la CEV tiene como objetivo facilitar al comprador el nivel de eficiencia energética de una vivienda. Este tipo de sistemas es comúnmente usado en el mundo, principalmente en Europa. En Chile, el proyecto de Ley de Eficiencia Energética fue aprobado el pasado 5 de marzo por la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, hecho que coincidió con la celebración del “Día Mundial de la Eficiencia Energética”.

Fuente: www.elmostrador.cl

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